La batalla que ya perdimos contra el virus

Plex
13 min readMar 28, 2020

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Scripps Research

La Argentina continúa expandiendo una política de cuarentena drástica de dudosa sostenibilidad, sin esbozar un plan realista que se ajuste a la información científica respecto de trazar un camino de acciones intermitentes e incrementales que puedan mantenerse durante meses hasta la obtención de una vacuna o el logro de la inmunización progresiva de la población. Las medidas se realizan de forma errática y con el beneplácito de una oposición y un periodismo adormecidos. A su vez, la mayoría de las estimaciones alertan sobre la alta probabilidad de saturación del sistema sanitario a pesar de las políticas implementadas y la expansión de camas de internación anunciada. Perduran las dudas respecto de la casi segura sobreestimación de las cifras de hospitalización y mortalidad, mientras algunos países parecen lograr contener la pandemia con acciones menos restrictivas, más tempranas y orientadas a los testeos masivos. El impacto socioeconómico de la cuarentena generalizada y las secuelas políticas sobre el estado de derecho podrías ser severas.

A puerta cerrada

En una combinación precoz de La Peste de Camus, Ensayo Sobre la Ceguera de Saramago y la versión intramuros de El Día de la Marmota, la cuarentena generalizada cumplió una semana en Argentina, acumulando al 28/3 unos 17 muertos y 690 infectados confirmados, con un 56% de los mismos relacionados con viajes al exterior. El país presenta transmisión comunitaria en Chaco y el AMBA, y casos de trasmisión en conglomerado (rastreables en su origen) en varias de las otras provincias.

Como novedades, respecto del primer y segundo artículo de esta serie, encontramos que pareciera haber pruebas suficientes para determinar que el nexo animal entre los murciélagos y los humanos fueron los pangolines, unos animales de aspecto similar al de los armadillos. A su vez, estudios determinaron que los fumadores tienen un leve riesgo mayor de presentar complicaciones y muerte en caso de adquirir el virus y España detectó 9.000 tests fallados provenientes de China que emitían falsos negativos. Por último, como la lógica indicaba iba a suceder, Italia y España comenzaron a ponerse a la par en número de muertos e infectados.

Our World in Data

En relación al caso italiano, algunos reportes estiman que, al 22/3, los cerca de 60.000 casos registrados subestimaban el número real de infectados, el cual se ubicaría en los 550.000, haciendo que la verdadera tasa de fatalidad disminuya del 9% al 1%. Sin embargo, este valor seguiría significando una alerta para el sistema sanitario. La tasa de mortalidad puede ser alta dependiendo de la perspectiva. A modo de ejemplo, tomemos los valores estándar de 0.1% de la gripe común y el 1% estimado para el COVID-19. Mientras que desde el individuo está solo representa un 0.9% más de probabilidades de morir, desde la óptica del sistema de salud esto implica 9 veces más pacientes críticos. A su vez, la mayor transmisibilidad del SARS-CoV-2 promete mayores chances de adquirirlo y una mayor cantidad de casos totales.

Our World in Data y Revista Nature

A nivel mundial comienzan a verse escenarios prometedores, principalmente en Asia y Europa, donde las curvas de contagios y fallecimientos parecieran comenzar a estabilizarse. Estos dos continentes fueron los primeros en sufrir el impacto de la pandemia, razón por la cual todavía sur y norte América presentan tasas más elevadas de crecimiento de las cifras.

Our World in Data

Nuevas estimaciones del Imperial College de Londres calcularon diferentes escenarios de infectados, hospitalizados y muertos para cada una de las regiones del planeta, ponderando aspectos climáticos, socioeconómicos y diferentes escenarios de intensidad de las medidas. Esto llevó a dar un rango total en los fallecimientos que oscila entre el millón y los 40 millones a nivel mundial. El reporte confirma, en la misma dirección que el resto de los informes, el inminente rebrote que cualquier país sufriría luego de levantar las medidas de supresión, incluso pasados los 3 meses.

Imperial College COVID-19 Response Team

Afortunadamente, el estudio adjuntaba un Excel con el detalle de cada país, permitiendo el análisis de la Argentina en detalle. Aquí debajo podemos ver los resultados del estudio para la Argentina en el escenario menos estricto de mitigación. Los valores para la provincia de Santa Fe y Rosario fueron calculados posteriormente de forma proporcional en base a la población.

Franco Martín López en base a datos del Imperial College COVID-19 Response Team

Debido al gran número de internados y fallecidos estimado por el reporte en los escenarios de mitigación, los investigadores recomiendan implementar medidas más severas de supresión. Sin embargo, advierten que las mismas deberían aplicarse durante meses hasta la obtención de una vacuna, entendiendo que esto podría significar enormes costos para los países menos desarrollados. Así, analizaron y proponen la puesta en marcha de acciones de supresión intermitentes en base a umbrales de activación y suspensión que permitan contener la demanda sanitaria entre márgenes manejables. Más abajo podemos ver los números para la Argentina, Santa Fe y Rosario.

Santa Fe actualmente cuenta con 700 camas de cuidados intensivos (CI), de las cuales pueden estar solo 140 disponibles cuando el pico usual de demanda ocupa el 80% de las mismas, pudiendo adicionarse 56 anunciadas entre el gobierno nacional y provincial. Si contabilizamos alrededor de 200 camas disponibles y agregadas, aún estarían faltando cerca de otras 220 para atender el pico de cuidados intensivos de 418 camas bajo el mejor escenario de políticas de supresión y medidas intermitentes bajo estrictos umbrales de alerta. A su vez, Rosario actualmente cuenta con 277 camas de CI, de las cuales pueden estar solo 55 disponibles cuando el pico usual de demanda ocupa el 80% de las mismas, pudiendo adicionarse 26 camas anunciadas por el gobierno nacional (suponiendo que las otras 30 camas provinciales se localizan en otros puntos del territorio). Si contabilizamos alrededor de 80 camas disponibles y anunciadas, aún estarían faltando solo cerca de 40 para atender el pico de cuidados intensivos bajo el mejor escenario de políticas de supresión y medidas intermitentes bajo estrictos umbrales de alerta.

Para la Argentina, con cerca de 8.500 camas de CI, la demanda pico de 5.500 representaría un desafío considerando una disponibilidad de 1.700 en base a una ocupación del 80%. Esto resulta en un déficit de 3.800 camas de CI, el cual es parcialmente resuelto por las 1.050 anunciadas en la provincia de Buenos Aires, las 150 en CABA y las cerca de 60 en Córdoba y Rosario, a las cuales se adicionan un estimado de 640 por parte del resto de los gobiernos provinciales. Esto da un total de 1.900 camas de CI, reduciendo el déficit de 3.800 a 1.900 en el pico de demanda, requiriendo duplicar lo planificado.

Es importante remarcar que ninguno de estos números contempla los probables errores de sobreestimación de internaciones y muertes debido a las subestimaciones de los infectados en valores de un 75% al 97%, debiendo en tal caso dividirse el número de muertos, hospitalizados y casos críticos por 4 a 33 veces.

Franco Martín López en base a datos del Imperial College COVID-19 Response Team

Otras estimaciones de la Universidad de Basel permiten ver que, en cualquiera de los escenarios de intervención, la Argentina con alrededor de 8.500 camas de CI, sufre déficits de entre 55.000 y 95.000 camas para pacientes críticos en julio o agosto según se evalúe un grado de intervención débil o moderado. El escenario de mayor intervención también sufre un desborde, pero menor, cerca de las 1.500 camas en enero. La no intervención generaría un déficit de 125.000 camas de CI en junio. Es relevante recordar que todos los escenarios presuponen un mantenimiento de las medidas durante todo el período contemplado (9 meses), o de lo contrario permitirían el rebrote. Estas evaluaciones tampoco internalizan los errores en las cantidades de hospitalizaciones y muertes producto de la subestimación de infectados. También cabe aclarar que en el país la cifra real de camas generales y de cuidados intensivos todavía es una incógnita, basándose en estimaciones imprecisas.

La problemática del inminente rebrote producto de levantar medidas, incluso después de varios meses, debido a la falta de inmunidad de la población es un desafío recurrente que tiene en vilo a los científicos, especialmente en relación a la dificultad de sostener las políticas durante 12 o 18 meses hasta la obtención de una vacuna. A este efecto puede adicionarse un posible resurgimiento cíclico de la enfermedad producto de las estaciones climáticas.

National Geographic

A modo de ejemplo de este problema podemos ver, en las imágenes de arriba y abajo, el comportamiento de la pandemia de gripe de 1918 en las ciudades norteamericanas, comprobando que, en casi la totalidad de los casos al levantar las restricciones, los contagios resurgían.

National Geographic

El ríspido camino de la ciencia

La vorágine del tema ha producido una inundación de reportes constantes, a una velocidad que las publicaciones no pueden procesar con una debida revisión por pares. Esto genera que a los márgenes de imprecisión de la epidemiología bajo circunstancias normales se le adicione una mayor incertidumbre.

Revista Nature

En reportes realizados entre el 19 y 25 de marzo, la OMS explica que las medidas de cuarentena general pueden comprar algo de tiempo pero que, por sí mismas, no van a eliminar el brote, solo pudiendo durar un tiempo muy limitado, recomendando 6 acciones más precisas y direccionadas a implementar durante las actuales cuarentenas iniciadas: expandir y entrenar al personal de salud, aplicar un sistema de búsqueda y aislamiento de cada caso, aumentar la capacidad y disponibilidad de testeos, adaptar y equipar las instalaciones sanitarias, diseñar un plan preciso para poner en cuarentena a los contactos de los infectados y redirigir la estructura de todo el gobierno hacia el objetivo de suprimir y contener la epidemia. De lo contrario, la OMS predice que luego de levantar la cuarentena, el rebrote sería inevitable. Estas mismas medidas son recomendadas para países con alrededor de 100 casos, a los fines de evitar la implementación de cuarentenas generales, lo que indica que la Argentina debería haber seguido esos pasos en lugar de aplicar directamente dicha medida.

La OMS especifica 4 escenarios de respuestas, el primero para los países sin casos, el segundo para países con casos donde la mayoría son importados, el tercero para países donde la mayor parte de los casos se relacionan con transmisión local rastreable y el cuarto donde el brote presenta la mayoría de los casos por transmisión local y sin poder rastrear el contagio. Para el primer caso se proponer preparar planes de continuidad de actividades y restricciones, en el segundo considera implementarlos parcialmente y tener listos para su implementación el resto, mientras que en el tercero y cuarto proponen implementar la totalidad del plan profundizando las restricciones en el último. La Argentina al 28/3 contaba con más de la mitad de los casos importados y la mayoría del resto consistía en contagios rastreables, ubicándose el país en el segundo escenario, viendo una transición desde el 20/3 con el inicio de la cuarentena general donde casi todos los infectados era importados, hacia un escenario cada vez más similar al tercero.

El problema central es que la OMS aún continúa realizando recomendaciones genéricas que parecieran contradecir su propia visión y a todos los estudios y modelos que no consideran factible la posibilidad del control por detección, rastreo y contención de los casos para evitar un rebrote al levantar las medidas. Algunos informes explican que una medida de supresión del tipo cuarentena generaliza o bloqueo pueden colaborar en posponer momentáneamente el rebote de contagio. Otros estiman que estas medidas, por ejemplo, en el Reino Unido, podrían ayudar a mantener la demanda de hospitalización dentro de las capacidades instaladas, pero solo si se sostuvieran durante meses, algo del todo dudoso.

En la vereda opuesta a estas acciones, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur han seguido caminos similares para responder a este brote. Estos países han utilizado testeos masivos para identificar casos, no sólo evaluando a personas que están enfermas u hospitalizadas, sino también casos leves e incluso casos sospechosos. A su vez pusieron en cuarentena a decenas de miles de personas que pueden haber estado expuestas a casos confirmados. La otra cosa que tienen en común Corea del Sur, Hong Kong y Singapur es que han podido mantener abiertas la mayoría de las fábricas, centros comerciales y restaurantes. Singapur incluso ha mantenido sus escuelas abiertas en un momento en que las naciones de todo el mundo están cerrando las aulas. Japón no ha realizado testeos tan ampliamente como Corea del Sur, pero parece haber evitado la transmisión de manera significativa al investigar rápidamente cualquier brote de casos, identificando quién está infectado y luego monitoreando sus contactos.

La curvas han sido superpuestas temporalmente desde el momento del primer caso detectado — M. Supino, A. d’Onofrio, F. Luongo, G. Occhipinti y A. Dal Co

Un artículo científico publicado recientemente muestra las diferentes estrategias de seis países distintos en forma comparativa. Como puede verse en las imágenes inferiores, la estrategia coreana de tomar medidas menos estrictas, pero mucho más tempranas, logra obtener resultados mejores que los de las acciones chinas, mucho más intensas y tardías.

The Effect of Large-Scale Anti Contagion Policies on the Coronavirus COVID-19 Pandemic

En la imagen superior, el despliegue de las políticas contra el contagio se indica mediante líneas verticales, cuya altura corresponde al número de unidades administrativas que instituyeron la política en un día determinado. A modo de conclusión, pareciera que las acciones apuntadas a realizar testeos masivos de forma adelantada fuesen una política particularmente eficaz para controlar el brote.

The Effect of Large-Scale Anti Contagion Policies on the Coronavirus COVID-19 Pandemic

En el mismo camino que algunos países asiáticos, Suecia ha enfatizado el lavado de manos, el distanciamiento social y la protección de las personas mayores de 70 años al limitar el contacto con ellos, pero aun manteniendo abiertos bares, negocios, parques, restaurantes, gimnasios, centros comerciales e incluso pistas de esquí. Hasta ahora el país ha logrado mantener la epidemia bajo control. Los gobiernos del Reino Unido y Holanda también habían seguido esta estrategia, pero comenzaron a dar marcha atrás después de recibir grandes críticas. Como vimos en artículos anteriores, un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres sugiere un esquema en el que estas medidas draconianas podrían relajarse de vez en cuando y luego volver a imponerse cuando los números de casos comienzan a subir nuevamente. En ese escenario, la población aún acumularía inmunidad al virus, pero a través de una serie de pequeños brotes en lugar de uno masivo. Puede que no sea un escenario atractivo, pero es posible que no haya otra opción. Como explicó el epidemiólogo Seth Berkley, no pueden seguirse políticas inviables que signifiquen la paralización del planeta durante un año.

Tras un manto de neblina

A pesar de todo lo anterior, pareciera que el escenario mundial terminase mal, de una u otra forma. En Estados Unidos el presidente Trump ordenó a General Motors fabricar respiradores invocando la “Defense Production Act” que data de la guerra de Corea y en el sur de Italia, donde se encuentran en cuarentena nacional desde el 9 de marzo, se registraron intentos de saqueos, quedando gran parte de los supermercados custodiados.

Mientras tanto, el gobierno argentino continúa dando vuelcos con medidas como el cierre total de fronteras dictado el jueves 26 de marzo para entrar en vigencia del 27/3 al 31/3, primero cancelando la repatriación de argentinos, para luego reiniciarla desde Brasil el sábado 28/3, anunciando el canciller ese mismo sábado un programa de regreso de miles de argentinos en circunstancias excepcionales. En la misma dirección encontramos a la duración de la cuarentena, que pasó de una semana y media, a más de tres semanas, y ahora pareciera poder extenderse a unas cinco.

Así, mientras el estado improvisa, la oposición juega a dar consejos de higiene por Instagram y realiza conferencias junto al gobierno, al mismo tiempo que el periodismo parece haberse convertido en un organismo de propaganda oficial que abandonó todo intento de análisis crítico de la situación. Nadie parece poder responder preguntas básicas como por qué un país tan extenso como la Argentina recibe un tratamiento uniforme e indiferenciado o como piensa el gobierno asegurar durante 3 semanas o más la cuarentena en los asentamientos informales, donde la gente vive hacinada en ranchos y la policía se encuentra tanto o más ausente que de costumbre. También pareciera que a nadie le resultase insostenible continuar extendiendo medidas de cuarentena que golpean fuertemente a la economía y que son acompañadas por constantes entregas de nuevos subsidios estatales. Tampoco se exhibe un plan mínimamente detallado del accionar futuro del gobierno, mucho menos uno acorde a las recomendaciones de vanguardia en materia de aplicar medidas de forma intermitente, adelantada y progresiva, como hemos visto en los estudios internacionales anteriores.

No sería extraño que, si la pandemia termina siendo menos grave de lo que se supone, los gobiernos se galardonen como los autores de tal logro, pero que, si las medidas no dan sus resultados, se excuse al estado con la ausencia de mayores restricciones como origen de la calamidad, en lugar de apuntar a los errores de diseño de las acciones implementadas.

Mientras los medios nacionales reeditan una versión millenial del trágico “vamos ganando”, en gran parte del conurbano bonaerense ya no se cumple la cuarentena y asoma el problema de la escalada de salidas que esto puede producir una vez que la población detecte los crecientes incumplimientos. Pero el clima que recuerda a la guerra de Malvinas no es solo fruto del periodismo. El ambiente en las calles impone un indiscutible delirio improcedente, que empieza enfervorizado y posiblemente culmine con la indignación hipócrita de un pueblo irresponsable una vez se vean los resultados de los errores actuales. Los propios ciudadanos ya han iniciado una persecución patriótica con linchamientos sociales y denuncia popular que pasan de lo útil a la constante sospecha culposa.

La historia está plagada de ejemplos donde el miedo generalizado empieza por el alarmismo y termina en una paranoia que justifica los peores abusos del estado de derecho mientras la sociedad es militarizada al grito de una gesta patriótica. Si la pandemia no termina con un alto saldo de muertos, de seguro habrá desencadenado un descalabro socioeconómico y político de magnitudes importantes o, en caso de haber sido todo una exageración, fomentará el descreimiento hacia las autoridades políticas y científicas con una consecuente desinstitucionalización autoritaria. La batalla está perdida, resulte como resulte.

Fuentes, Referencias y Bibliografía

https://bit.ly/344Wnzk

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Psicobiología y Socioeconomía Política para Buenas Prácticas de Gestión Corporativa.