Italia tendría 58 veces más infectados de coronavirus

Plex
18 min readApr 2, 2020

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Flickr, State Public Health Laboratory in Exton Tests for COVID-19, Governor Tom Wolf

Los constantes cambios en las estimaciones de infectados modifican las tasas de internación y fallecimiento de manera drástica. Esto produce que la fatalidad calculada por equipos de gran reconocimiento como el del Imperial College (responsable del endurecimiento de las políticas británicas) se reduzca en tasas de hasta 42 veces menos las calculadas hace solo dos semanas. EL debate respecto de las mejores políticas de control de la pandemia continúa con resultados muy divergentes.

Recalculando

La pandemia del virus SARS-CoV-2 continúa generando polémica. A las denuncias taiwanesas y de medios japoneses contra China, recientemente se ha sumado el gobierno británico, el que asegura que las cifras reportadas por la nación asiática podrían estar reducidas artificialmente por un factor de 40 veces. A su vez, se han confirmado denuncias internacionales respecto de la desaparición de la médica Ai Fen, quién junto a Li Wenliang (ahora fallecido por coronavirus) intentaron advertir inicialmente del brote y fueron censurados por el gobierno chino. Esta acusación no solo implica un problema político, sino que genera serias dudas respecto de la validez de la información y estudios epidemiológicos que se realizan utilizando los datos chinos en materia de infectados, hospitalizados y muertos. Sin embargo, los problemas de subestimación de infectados parecen abarcar a todos los países, más allá de sus intenciones. Estudios de la Universidad de Oxford estimando que hasta el 68% de la población británica podría estar infectada, así como el 80% de la italiana. Otros estudios explican que el número de infectados en Italia puede oscilar entre 10 y 42 veces el registrado.

En un estudio publicado por el grupo de trabajo COVID-19 del Imperial College de Londres, la máxima autoridad en el asunto, estimaron que, al 28 de marzo, Italia cuenta con 5.9 millones de infectados por SARS-CoV-2 (oscilando el número con un 95% de confianza entre 1.9 y 15.2 millones), en lugar de los 102 mil reportados, 58 veces el número original y cubriendo al 9.8% de la población. Lo mismo sucede con España, que contaría con 7 millones de contagiados, sumando el 15% de la población (variando con un 95% de confianza entre 1.8 y 19 millones). Resaltemos que el número promedio que se da, por ejemplo 5.9 millones para Italia es tan válido como cualquiera dentro del rango dado de 1.9 y 15.2 millones, con un 95% de confianza. Este aspecto estadístico no es menor en absoluto.

El problema central que plantea esta cifra anterior es el gran margen de error con el que deben trabajar los modelos epidemiológicos, sobre una pandemia en proceso. A su vez, la distorsión subestimativa de las cifras de infectados exagera al alza a las tasas de internación y fallecimiento calculadas.

Tomando el ejemplo del Reino Unido (RU), se estima que el 2.7% (variando entre 1.25 y 5.4%) de la población total está infectada. Se calcula que en 2020 el RU posee unos 67 millones de habitantes. Lo anterior nos permite entender que puede haber infectadas entre 804.000 y 3.618.000 personas, con el número promedio en 1.809.000. A dicha fecha (28 de marzo) el RU había sufrido 759 muertes por COVID-19, lo que desprende una tasa de entre 0.02% y 0.09%, promediando el 0.04%. Esta tasa es entre 9.5 y 42.5 veces menor que la originalmente indicada en los 0.9% del estudio del 16 de marzo. Dicho estudio había empujado al gobierno británico a cambiar su estrategia de mitigación a supresión, ya que los valores de muertos y hospitalizados resultaban demasiado grandes para los efectos de esas políticas. Cabe aclarar que las tasas del 0.02% al 0.09% de fatalidad de infectados están por fuera del rango estimado de 0.4% a 1.4% original con un 95% de confianza.

Como aclaración se expresa que se está trabajando con la IFR (Infection Fatality Ratio) que estima la tasa de mortalidad en todas las personas con infección: los enfermos detectados (casos) y aquellos con una enfermedad no detectada. Esta es la razón por la que muchos investigadores recomiendan utilizar esta tasa (IFR) y no la Case Fatality Ratio (CFR) que estima la fatalidad en base a la cantidad de casos detectados, los cuales usualmente son mucho menos que los reales durante el desarrollo de una pandemia.

La pregunta central es, ahora que las tasas pueden ser hasta 42 veces menores, y por lo tanto los picos de internación, especialmente en cuidados intensivos, también sufren una drástica reducción, ¿no deberían reverse las políticas recomendadas?

Como podemos ver abajo, la supresión fue recomendada debido a que inicialmente lograba controlar a los casos de internación en cuidados intensivos (CI) por debajo del valor 8 camas ocupadas cada 100.000 habitantes. Ahora, dependiendo de cuanto creamos que han sido sobreestimadas las tasas (entre 9.5 y 42.5 veces), podríamos incluir como viables a prácticamente todas las estrategias de mitigación si los picos se redujeran en proporciones similares (pasando de 90 a 5 si el escenario representado por la línea azul debajo fuese dividido por 18, por ejemplo).

Imperial College COVID-19 Response Team

Lo anterior cuestiona la certeza con la que se recomiendan políticas severas. A su vez, encontramos el constante problema no abordado por las estrategias de supresión que consiste en el inevitable rebrote de un pico al levantar las medidas, las cuales necesariamente deberán ser disminuidas en un plazo que todos considerar muy inferior a los no menos de 12 meses calculados para la obtención de una vacuna. Así, quizás, en lugar de medidas de supresión severas y con mecanismos intermitentes de aplicación (los cuales eran la forma de resolver el riesgo de rebrote sobre la población no inmunizada por contagio o vacunación) podrían aplicarse políticas de mitigación intermedias. Esto se sugiere particularmente intentando ver que las estimaciones han resultado menores a las esperadas, y que los casos catastróficos de Italia y España (y quizás también suceda lo mismo con Estados Unidos) no parecen ser la regla general como para impulsarnos necesariamente a aplicar las políticas más draconianas, requiriendo de otras explicaciones. Algunos investigadores de la Universidad de Carnegie Mellon y la facultad de Medicina de la Universidad Pittsburgh proponen que medidas sustancialmente restrictivas con la población de riesgo, pero laxas con el resto serían mucho más efectivas que las alternativas, reduciendo a menos de la mitad las internaciones y la mortalidad.

Las medidas homogéneas se aplican a todos los grupos etarios por igual, las heterogéneas diferencian por edades — Fighting COVID-19: the heterogeneous transmission thesis

Mientras tanto, el gobierno estadounidense, prediciendo unas dos próximas semanas muy duras, decidió extender las medidas de mitigación (no supresión) que se habían implementado, en su mayoría recomendaciones de distanciamiento social, higiene personal, detección y aislamiento de casos. En paralelo, 32 de los 50 estados han puesto en marcha cuarentenas generales de algún tipo, cerrando escuelas, negocios no esenciales, restringiendo el transporte y ordenando la permanencia en el hogar. Cabe aclarar que la estrategia, por ejemplo, definió no aplicar una cuarentena sobre Nueva York, emitiendo solo avisos de riesgo de viaje, a los fines de evitar mayores daños sociales según recomendó el panel de expertos (dirigido por un grupo de profesionales de la salud que lleva décadas en el estado). A su vez las órdenes de permanecer en casa permiten, a diferencia de Argentina, caminatas y ejercicio al aire libre siempre y cuando se mantenga la distancia de otras personas. Como puede observarse en las siguientes imágenes, el gobierno federal utiliza las estimaciones del modelo realizado por la Universidad de Washington.

IHME COVID-19 health service utilization forecasting team — University of Washington

A modo de ejemplo, el modelo norteamericano estima para el estado de Oklahoma un pico de 750 camas de CI. Esto se da considerando que las medidas a nivel nacional de mitigación ya se han implementado, y que el estado aplicará en no más de una semana el cierre de negocios no esenciales, cuarentena general y restricciones de viaje especiales, habiendo ya clausurado las clases. Oklahoma, con una población de 3.950.000 habitantes y una superficie de 181.000km2 es un buen ejemplo de referencia para la provincia de Santa Fe, con 3.500.000 habitantes, 133.000km2 y un clima, distribución poblacional y especialización económica aproximadas. Proporcionalmente, las 670 camas de CI que el modelo predeciría para la provincia implican un problema serio para las no más de 950 existentes (incluyendo las anunciadas en todo el territorio y las recontabilizadas en Rosario), de las cuales se esperaría contar solo con 190 disponibles a una ocupación normal del 80%.

En cambio, California, que implementó todas las medidas de distanciamiento social el 19 de marzo (como la Argentina), presenta un pico de camas de CI de 1.993, el cual proporcionalmente para Santa Fe significaría unas 175 camas de CI (dentro de las disponibilidades). Sin embargo, debe destacarse que el modelo para California predice una variación de las camas demandadas de entre 50 y 4.350 unidades de CI, mientras que para Oklahoma esto oscila sólo entre 600 y 900, todos estos valores igualmente posibles con un 95% de confianza. Lo anterior explica que el modelo cuenta con graves deficiencias a la hora de estimar el impacto de las medidas, y que, a su vez, tampoco predice los escenarios luego de levantarse las restricciones.

IHME COVID-19 health service utilization forecasting team — University of Washington

Aquella cosa llamada ciencia

Como hemos tratado en los artículos anteriores, nuevos estudios siguen sugiriendo que debe atenderse el problema del rebrote al levantar las medidas. Como vemos debajo, según un reporte de la india, las medidas de cuarentena general del tipo bloqueo (lockdown) deben permanecer por más de 8 semanas a los fines de, posiblemente, lograr evitar un rebote de contagios. Lo anterior se advierte especialmente si las políticas de testeos y rastreo de contactos son particularmente malas, impidiendo eliminar casos que luego generarían el rebrote. Sin embargo, otros estudios consideran que tal escenario de absoluto control es improbable bajo cualquier circunstancia. Al mismo tiempo, un artículo de investigadores del Barcelona Institute for Global Health expresa que una cuarentena general estricta de 3 semanas puede ser suficiente, no para eliminar el brote, pero sí como para reducir sustancialmente el impacto de muertes e internados. En la misma dirección, un reporte alemán también apoya las medidas de “lockdown” antes de que el 10% de la capacidad de camas de CI sea utilizada. Otro estudio, esta vez británico, también coincide en apoyar una cuarentena estricta, que cuanto más severa sea, más rápido permitiría retornar a la normalidad.

Así reportes indican que estrategias de distanciamiento social resultan más eficaces que un aislamiento voluntario o la detección temprana de infectados, pero sí encuentran un alto impacto del rastreo de contactos. Incluso algunos llegan a proponer que deben establecerse reglas de caminata en el espacio público, separando a las personas por distintas vías, en especial con zonas diferenciadas para corredores. Otros asegurar que la mejor manera de reducir los costos totales (económicos y de vidas) de la pandemia consiste en aplicar medidas duramente restrictivas.

En oposición a estas visiones, un artículo suizo explica que solo con testeos masivos y el posterior aislamiento de los casos detectados puede lograrse una estrategia de mitigación efectiva, pudiendo o no combinarse con el distanciamiento social. Sin embargo, a menos que uno suponga que el virus puede ser derrotado globalmente reduciendo el número de personas infectadas a cero, las pruebas deben continuarse, aunque a una intensidad reducida, para prevenir las posteriores oleadas de infección. El modelo sugiere que las estrategias de testeo pueden ser igualmente efectivas que el distanciamiento social, aunque a costos económicos mucho más bajos.

También encontramos un estudio que concluye que un “lockdown” de Tokio por un mes reduciría el PBI anual de Japón en más de un 5% por el efecto directo sobre la ciudad e indirecto sobre la región. Algunos estudios estiman que el aislamiento de casos identificados puede ser tan efectivo como las cuarentenas generales, evitando el duro impacto económico de estas. En la misma dirección, reportes informan que aislar al 1.5% de la población de mayor interacción y contacto (super-spreaders) tiene el mismo efecto que un aislamiento aleatorio del 50% de la población

Informes estadounidenses sugieren que las intervenciones de distanciamiento social pueden evitar los contagios en un 20% y las hospitalizaciones y muertes en un 90%, incluso con un cumplimiento modesto dentro de los adultos, siempre y cuando la intervención se mantenga en su lugar, pero indican que la epidemia se recuperará una vez que se levante la intervención. Así, recomiendan que las intervenciones de distanciamiento social permitirán ganar tiempo, pero deben realizarse junto con testeos masivos y el rastreo de contactos de todos los casos sospechosos.

Age-structured impact of social distancing on the COVID-19 epidemic in India

Las medidas de “lockdown” se tornan particularmente difíciles para los países del hemisferio sur que deben pasar más de 4 meses de bajas temperaturas durante los cuales, como exhiben estudios españoles, el resurgimiento del brote sería muy probable. Lo anterior facilita la aplicación de medidas tempranas de “lockdown” para los países del hemisferio norte, los cuales día a día aumentan su temperatura al ingresar a la primavera y verano, pudiendo en no tanto tiempo relajar las acciones con mayor facilidad. Los reportes afirman que cuanto más bajas las temperaturas, más seco el aire y menos viento haya, mayor será la propagación del virus. Otros estudios indican que los sectores geográficos de latitudes mayores a los 30 grados, especialmente con grandes diferencias de temperatura entre el verano y el invierno, son las zonas más susceptibles a ser afectadas.

Un estudio publicado el 1ero de abril modeló los escenarios para Brasil (un país de relevancia debido a su ubicación en el hemisferio sur como Argentina). Allí exploran cuatro escenarios: (I) no hay medidas de política de confinamiento (línea negra); (II) la política actual de confinamiento impuesta por los gobiernos por tiempo indefinido (línea azul); (III) política de confinamiento de 2 meses hasta mediados de mayo (línea amarilla); y (IV) política óptima de confinamiento por tiempo limitado hasta principios de junio, de modo que el segundo pico de infección no sea mayor que el escenario II (línea roja). Así, demuestran que la política de confinamiento impuesta por los gobiernos (en su mayoría provinciales) en Brasil pueden aplanar el pico de infección por el COVID-19, pero las políticas a corto plazo solo pueden mover la fecha hacia el futuro manteniendo el valor del mismo. Otro estudio sobre Brasil advierte de los déficits de camas de internación a los que puede enfrentarse.

Modeling and forecasting the Covid-19 pandemic in Brazil

En resumen, los márgenes de certeza con los que la epidemiología está trabajando son insuficientes como para asegurar ningún escenario. Los reportes contradictorios se acumulan, a su vez distorsionados por el tratamiento mediático y gubernamental que muchas veces reciben, dando por seguras cosas que realmente no lo son. Y en este sentido, es esperable que los gobiernos prefieran extremar medidas por si acaso, de manera que, si los peores escenarios fuesen ciertos, los políticos estuvieran cubiertos, pero, si en realidad la situación fuese menor, pudiesen adjudicarse los resultados. Los costos de la economía serán pagados por la población e inculpados a la pandemia.

Las imprecisiones también versan sobre asuntos como el hecho que, aparentemente, las máscaras, a diferencias de los guantes, tienen un impacto sustancial sobre la probabilidad de contagiarse (a diferencia de mucho de lo que se ha dicho), solo que no se recomienda su uso para asegurar la disponibilidad de estas al personal sanitario. También se discute sobre la posibilidad de otra vía de contagio posible a las relevadas: las microgotas al hablar en proximidad. Otro aspecto polémico versa sobre las mascotas, habiendo estudios que consideran que el virus parece poder infectar a los gatos, pero no tanto a los perros, sin quedar claro si estos pueden contagiar a los humanos.

A esto se adicionan noticias falsas y polémicas particulares. De todas, quizás la más extraña sea aquella respecto del origen del virus. En un debate conspiranoico lleno de acusaciones, algunos denuncian que el actual coronavirus es de origen artificial. La raíz de las acusaciones se basa en un video real de la RAI del 2015 donde describen la experimentación con el virus SARS-1 por parte de investigadores chinos, con resultados extremadamente similares a los del actual virus SARS-CoV-2. A esto se adicionan acusaciones del año 2017 en la revista Nature donde se denuncian los riesgos presentados por la experimentación debido a los múltiples escapes del virus SARS presentados en laboratorios de Beijing. En esta nota se hacía hincapié en la construcción del laboratorio de máxima bioseguridad, el único de nivel 4 en China, en la ciudad de Wuhan, bajo un régimen político demasiado jerárquico y reticente al disenso, algo perjudicial ante una falla (problemas que pudieron ser corroborados ante la inicial censura sobre investigadores al comienzo de la epidemia en China). Muchos señalan que el hecho de que el actual coronavirus se haya iniciado en Wuhan, probablemente proveniente de un animal en los mercados de comidas (South China Seafood Wholesale Market) a 1.5km del laboratorio (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) donde se investigaba sobre virus respiratorios de origen zoonótico como el SARS, es solo una coincidencia. La principal explicación científica que rebate estas teorías es que, varios estudios internacionales consideran que, a pesar de la gran afinidad entre características del virus y la biología humana, muchos aspectos de su composición molecular indican que es probable que el mismo haya sido de origen animal (especialmente murciélagos) y luego haya mutado naturalmente en animales (probablemente pangolines, aunque esto es discutido por diferentes estudios) o en los propios humanos. Dicha evidencia pareciera descartar las hipótesis de diseño artificial, aunque otros explican que no necesariamente invalida la teoría de una simple experimentación de virus en animales y su escape al ambiente.

A tientas en la oscuridad

En la Argentina, el anuncio de la extensión de la cuarentena hasta el 13 de abril promete acentuar grandes dificultades. Mientras tanto, el gobierno continúa improvisando. La implementación de un certificado único de circulación en el AMBA debió ser pospuesta 5 días debido a la caída de la web de tramitación producto de la esperable demanda de acceso. A las medidas de cierre de frontera se le adicionó un cambio por el que se abren 8 pasos fronterizos de manera parcial, y las excepciones de contribuciones patronales sobre los salarios (de empresas no habilitadas para operar y sin posibilidad de teletrabajo), algo que alivia la situación de muchas empresas, fueron anuladas al día siguiente del anuncio para luego reintroducirlas el día posterior. A esto se le agregó una pelea pública del presidente contra los empresarios, a los que en discursos del 29/3, 30/3 y 1/4 pasó de contemplar como pobres víctimas de una economía destrozada por el gobierno anterior, a meros especuladores avaros que deben ganar menos y seguir el ejemplo de sindicalistas como Hugo Moyano. Este enfrentamiento, motivado por el despido de 1.500 trabajadores de la firma Techint, culminó con la prohibición de despidos durante 2 meses. Curiosamente, en el mismo momento que el gobierno se enfrentaba con Techint, los medios dieron un momentáneo giro de 180 grados y comenzaron a criticar la actitud e imprevisión estatal, alentando una serie de cacerolazos populares que tapaban los clásicos aplausos de las 21hs en apoyo a los médicos, demandando así una reducción salarial de la clase política (medidas que algunas provincias ya comenzaron a realizar).

En lugar de aplicar una drástica reducción o exención impositiva, el gobierno ha optado por endurecer las condiciones de las empresas, con algunas medidas compensatorias como la facilitación de préstamos a tasas bajas y bajos copagos de salarios, algo de dudoso alcance para empresas cuya perspectiva económica es crítica e incierta. En paralelo, la falta de disponibilidad de fondos del Banco Central, la reducción de ingresos tributarios y las políticas de emisión monetaria pueden combinarse en un cocktail explosivo para la economía. Aún no queda claro cuán certero puede ser el riesgo inflacionario, considerando que, si bien todas las políticas se han orientado a reducir la oferta (impidiendo la producción) y financiar la demanda (por subsidios directos), esta última también se ha visto cercenada en sus posibilidades, no solo por la caída de ingresos sino por las restricciones de compra. El equilibro entre la producción de bienes esenciales, los desabastecimientos fruto de los trastornos de la cuarentena y la exigencia de la demanda de estos productos (que tiene un límite normal, pero puede correr en pánico hacia la acumulación preventiva) continúa siendo una incógnita. A su vez, ya ha sobrevolado el reclamo de cuasimonedas como método de financiamiento público por parte de algunos gobiernos. En este marco se presenta la posible toma por parte de Argentina de un préstamo de emergencia cercano a los 3.000 millones de dólares con el FMI y otro de 300 millones de dólares del Banco Mundial.

En materia social la primer semana y media de cuarentena dieron un saldo de 23.000 infractores con causa penal abierta y el secuestro de 3.700 vehículos a nivel nacional. A esto se sumaron los ya conocidos motines en las cárceles de Santa Fe y Entre Ríos, así como un saqueo en Pergamino y la dificultad de hacer cumplir la cuarentena en los asentamientos informales, lo que llevó a pensar en la posibilidad de crear “guetos” barriales (difíciles de implementar) en lugar de forzar el encierro en el hogar.

A nivel internacional, el gobierno norteamericano inició uno de los despliegues de maniobras militares contra los cárteles narcos en el caribe más grandes de la historia, en miras a la dictadura venezolana, su aliado cubano y los criminales mexicanos y colombianos, justo después la acusación en la justicia norteamericana a Maduro por cargos de narcotráfico. Esto puede terminar en una escalada militar sin precedentes, argumentándose supuestos avances por parte de los narcos que aprovecharían la crisis mundial.

Tampoco debemos olvidar que, a nivel local, el país lucha en más de un frente epidemiológico: mientras el COVID-19 acumula 34 muertos y 1333 casos, en Argentina ya son más de 7.862 los casos de dengue con 9 fallecidos confirmados. Los datos anteriores surgen de los propios informes epidemiológicos nacionales, siendo los partes diarios del Ministerio de Salud sobre COVID-19 fuertemente criticados por su desestructuración, asistematicidad, desprolijidad e inconsistencia.

A su vez, con la Decisión Administrativa 429/2020 del 20/3 y la Decisión Administrativa 450/2020 del 3/4, entre otras regulaciones puntuales, se han modificado y ampliado las excepciones de aislamiento impuesto por el Decreto Nº 297/20 anunciado el 19/3, demostrando el grado de imprevisión de la medida original. Así mismo, el gobierno ha implementado acciones incoherentes con la cuarentena, reabriendo bancos en fechas acotadas y sin división de turnos por día para el cobro de asignaciones, jubilaciones y pensiones, lo que genera largas colas y amontonamientos de personas (muchas miembros de los grupos de riesgo de la enfermedad), por ejemplo el viernes 3/4, en contraposición a las medidas de aislamiento.

Como si lo anterior no fuera suficiente, el Ministro de Salud preanunció una posible estatización del sistema sanitario privado el miércoles 1ero de abril, algo que fue dado marcha atrás el jueves 2/4. También, durante el 1ero de abril, el presidente manejó en su auto por las calles para patrullarlas camino a un acto, retando a los vecinos que lo saludaban, diciéndoles que vuelvan a sus hogares. En el medio de este escenario tragicómico, la primera dama organiza una suerte de teletón (similar a las “24 horas por Malvinas”) para el domingo 5 de abril, destinado a recolectar donaciones para financiar a la Cruz Roja y hospitales argentinos. Esperemos que el programa, transmitido en paralelo por casi todos los canales y con la presencia de muchas figuras artísticas y deportivas, junto a su colecta no tengan el mismo y enigmático destino que el fondo patriótico de Malvinas. En paralelo, con montos similares a los direccionados para lidiar con la pandemia, se han realizado asignaciones millonarias a gastos en cultura, una mina que no funciona y giros discrecionales para provincias del mismo signo político que el gobierno.

Al 1ro de abril había 1.054 casos confirmados, 27 fallecidos, 248 pacientes dados de alta y 4.597 casos descartados, permitiendo inferir una cantidad total de test realizados al 29 de marzo (por la tardanza de 48hs de la prueba) de alrededor de 6.000 para toda la Argentina. Esto da una tasa de 134 test por millón de habitantes, siguiendo este valor muy por debajo de los valores recomendados de 1.000 o más. Como una de las medidas positivas, desde el 30 de marzo se distribuyeron más de 35.000 test a los fines de aumentar la capacidad de análisis nacional, (llegando así a valores cercanos a las 950 pruebas por millón de habitantes), siendo esta una de las acciones más recomendadas por toda la comunidad científica de forma unánime. En las próximas semanas llegarán más de 1.1 millones de test que expandirán aún más la capacidad de testeo. Así mismo, el país fue aceptado en un programa voluntario de la OMS de prueba de terapias contra el coronavirus y su enfermedad.

Estimaciones de pico de demanda para una población servida de 1 millón de habitantes realizadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Mientras tanto, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires realizó estimaciones del pico de demanda sanitaria para una población servida de 1 millón de habitantes. Esto números de gran utilidad para una urbe como Rosario, de esas mismas dimensiones, permiten ver un pico de camas generales de internación de 575 unidades, y uno de 175 camas de cuidados intensivos (CI), así como 2.000 camas de aislamiento. Las autoridades rosarinas pasaron de estimar las camas de CI en 270 totales, a 400 solo privadas, dando un número final de cerca de 500 contabilizando las camas estatales y los agregados anunciados. Estimando una ocupación no inferior al 80%, se prevé la disponibilidad de 100 camas de CI, una cifra menor a las 175 requeridas. Es importante resaltar que esto no contempla ni la sobreestimación de las cifras productos de la subestimación de infectados, así como tampoco modela un escenario más allá de las primeras semanas de medidas, olvidando el riesgoso y posible rebote futuro (cuando tarde o temprano se relajen las políticas sobre una población en su mayor parte aún no inmunizada, ni por contagio natural ni por vacunación).

Durante las próximas semanas veremos los verdaderos resultados de la pandemia. Será fundamental realizar un seguimiento preciso de las medidas implementadas en el mundo y los resultados obtenidos, adicionando los nuevos descubrimientos científicos respecto del funcionamiento de la enfermedad, a los fines de evaluar el verdadero impacto de cada política implementada.

Fuentes, Referencias y Bibliografía

https://bit.ly/2X6IvDl

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Psicobiología y Socioeconomía Política para Buenas Prácticas de Gestión Corporativa.